Crisis y Colapso

Las empresas de residuos y ambientalistas advierten de la crisis y el colapso en el sector del reciclado.

La sociedad Ponto Verde dejó de pagar por la recogida de envases, porque dice que no puede soportar los costes debido a las nuevas normas para el sector. Las empresas y los ambientalistas advierten de las consecuencias de esta decisión.

Las empresas de recogida y tratamiento de residuos y las asociaciones ecologistas advierten de los riesgos en el sector del reciclado en Portugal. Las advertencias llegan después de que la sociedad Ponto Verde anunciara que dejaría de pagar por la recogida y clasificación de los envases reciclables.

En respuesta a esta decisión, el sector de los residuos advirtió de la «crisis inminente» en la recuperación de envases y «expresó su preocupación y advirtió de las graves consecuencias de esta decisión».

«Como responsables del sector, no podemos evitar expresar indignación y gran preocupación por las consecuencias de la decisión anunciada», se puede leer en el comunicado publicado este lunes, 20 de marzo, por la Associação para a Gestão de Resíduos (Asociación para la Gestión de Residuos – ESGRRA), la Empresa Geral de Fomento (Empresa General de Fomento – EGF) y Tratolixo, empresa encargada de la gestión de residuos en Cascais, Mafra, Oeiras y Sintra.

«Sin la recuperación de los envases procedentes de la recogida selectiva, las empresas del sector no tendrán capacidad de almacenamiento, poniendo en riesgo la seguridad de las personas y las instalaciones por la sobrecarga del material almacenado, que sin una alternativa a la reintegración en el sistema, tendrá como destino final el vertedero, contrario a las directrices europeas a este nivel», subrayan las empresas responsables de recoger y separar los residuos reciclados para luego entregarlos a la sociedad Ponto Verde.

Este lunes se celebrará una reunión en el Ministerio del Medio Ambiente entre la sociedad Ponto Verde, las empresas de residuos y el Secretario de Estado del Medio Ambiente, Carlos Martins, para tratar de superar este impasse.

También la asociación ambientalista Quercus alertó del riesgo de «colapso» en el sector del reciclado. «La falta de regulación actual, procedimientos de recuperación de los envases separados y definición de los ecovalores para los envasadores provocará el colapso en el funcionamiento del Sistema Integrado de Gestión de Residuos de Envases (SIGRE)». Quercus ya había solicitado que se garantizasen los procedimientos reglamentarios, así como un período de adaptación para esta fase de cambio, en la transición de una entidad gestora a un mercado plural.

La Asociación destaca que la falta de un período de adaptación para la entrada de Novo Verde y la creación y aplicación de nuevas normas «demuestra que el sistema con la ausencia de normas se ha derrumbado incluso antes de que comenzara».

«Quercus responsabiliza al Ministerio del Medio Ambiente de esta situación, que ha sido advertido en varias ocasiones sobre este problema, y pide medidas urgentes para implementar la adaptación al nuevo modelo competitivo, a fin de no poner en peligro la continuidad de la recogida selectiva y la clasificación de los residuos de envases», puede leerse en el comunicado publicado.

La sociedad Ponto Verde anunció el viernes que dejaría de pagar los residuos de envases, que son recogidos y clasificados por municipios y empresas. A principios de este año entraron en vigor las nuevas licencias para el sector, y de ahora en adelante habrá dos empresas en este sector: la Sociedad Ponto Verde y Novo Verde, 30% propiedad del dueño de Pingo Doce, Jerónimo Martins.

La SPV afirma que es la única entidad que actualmente financia el Sistema Integrado de Gestión de Residuos de Envases (SIGRE) y que, en «ausencia de un período de adaptación adecuado al nuevo modelo competitivo», ha provocado la «creación de necesidades financieras excepcionales».

Para hacer frente a este aumento, propuso a la Agencia Portuguesa del Medio Ambiente un aumento de los valores Ponto Verde «para hacer frente a los mayores costes y permitir así la continuidad del sistema de recogida selectiva y clasificación». Pero la propuesta de la SPV no fue aceptada por la APA, a pesar de su «carácter transitorio y urgente», lo que llevó Ponto Verde a decidir dejar de pagar por los envases recogidos y clasificados.